lunes, agosto 22, 2005

Blogs de los soldados americanos en Iraq para evitar la censura


Desde la primera línea de batalla los soldados estadounidenses ejercen como cronistas en Irak. El miedo, el horror y el desencanto. Todo aquello que el Pentágono no quiere transmitir, reflejado en sus cuadernos de bitácora.
Según un reportaje publicado en el Washingtonpost unos 200 soldados de EE UU en activo escriben sus experiencias en blogs. Uno de ellos es el autor de la bitácora titulada “Mi guerra: matando el tiempo en Irak”.
Un mes más tarde, sus superiores lograron identificarle y, preocupados por la información que podría transmitir en su blog le ordenaron que sus entradas fueran revisadas por un oficial antes de ser publicadas.
Colby dejó de bloguear desde el frente, y según un artículo publicado en el USA Today, muchos de sus post desaparecieron.
Otro de los soldados que sufrió las consecuencias de la censura fue Jason Hartley, autor del blog “Sólo un soldado más”.
Fue degradado de la categoría de Sargento porque según sus superiores puso en peligro la seguridad de la misión en Irak al publicar fotos de los detenidos, acusado de violar la Convención de Ginebra. Los archivos de su blog no están disponibles on line, aunque pone a disposición de los lectores una dirección de correo electrónico para todos aquellos que quieran ponerse en contacto con él.
Se desconoce el número exacto de soldados que bloguean desde Irak o Afganistán, ya que muchos de ellos lo hacen desde el anonimato. Mudville Gazette, es una bitácora que funciona como directorio de este tipo de diarios de guerra, en la cual se pueden contar unos 170 blogs de militares enlazados.
Intentos de control desde el Pentágono
Los mandos militares intentan transmitir normalidad ante este tipo de crónicas no autorizadas, pero según un reportaje publicado en Wired Magazine, el Pentágono o no está dispuesto a que el fenómeno se le vaya de las manos.
Desde la pasada primavera se puso en marcha una nueva política sobre los blogs militares por la cual se obligaba a todos los bloguers a registrarse dentro de sus unidades para que sus post fueran revisados por sus superiores.
Esta nueva política obliga a los soldados a no publicar información secreta o información sobre los militares muertos en combate antes de que sus familias lo conozcan.
Además, se ha creado un departamento especial encargado de analizar todo lo que se publica en Internet referente a la guerra y según ha sabido Wired, el Ejército prepara un informe sobre las consecuencias del blogging y otras comunicaciones a través de la Red en las zonas de combate.
Leonard Clark fue el primer soldado acusado de violar la política sobre los blogs militares. Además de ser degradado de su cargo, fue multado con 1.640 dólares al entender sus superiores que había difundido información clasificada en su bitácora.
En sus entradas, según publica el Washingtonpost, definía a su capitán como “un buscador de gloria” y al sargento de su batallón como un “monstruo inhumano”. Sus crónicas también reflejaban el desencanto de algunos soldados que se preguntaban por qué debían seguir arriesgando sus vidas en el país.
El Pentágono intenta frenar un fenómeno que se escapa de su férreo control y a la censura militar. Según el USA Today, podrían llegar a ser 1.000 los bloguers soldados que reflejen sus crónicas en Internet a finales de año, escribiendo desde sus portátiles o desde los cibercafés en Irak. ¿Podrán controlarlos a todos? (20minutos.es)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sun Tzu, "el Arte de la Guerra". Cuando tu ejercito está cerca del enemigo dile que estás lejos, si estás lejos di cerca etc.
En las guerras no solo se lucha en los campos de batalla sino que existe una batalla propagandística hacia el exterior y hacia el interior. La del exterior consiste en desmoralizar al enemigo y desorientarle para ganarlo rapidamente. La interior es todavía más importante pues pretende mantener la voluntad de la victoria sobre el enemigo y el sostenimiento de la moral hasta el fin de la batalla. Sin esa voluntad de llegar hasta la victoria no hay victoria posible.
Por eso no se puede permitir todo tipo de información que ayude al enemigo o desmoralice a la Nación.
El primer sacrificado en la guerra es la información libre. Guerra y desinformación van unidas de forma inseparable.Y se necesitan.

Anónimo dijo...

¿Nos hemos dormido? Hace mucho que no actualizas nada chaval. Un saludo.